sábado, 7 de marzo de 2015

Peli: La pesadilla de Darwin

Estamos ante una pesadilla, sí, la que viven esas personas todos los días de su vida, entre miseria, hambre y prostitución. El lago Victoria se ha convertido en una fuente de explotación de los países desarrollados, en busca de una variedad de pescado introducido ya en los años 60: la perca azul. Ésta acabó con los demás peces del lago, y hoy en día es exportada en toneladas a los países desarrollados.
Al leer esto, cualquiera puede pensar que supuso un gran avance económico para los países que viven alrededor del lago, pero la realidad es la que se nos muestra en el documental; trabajan explotados por una miseria, muchos no ganan más que 1 dólar al día y casi todas, o más bien todas, las mujeres se ven obligadas a ejercer la prostitución. De este modo, Europa y otros continentes, compran pescado muy barato y lo venden aquí muy caro,(también hacen esas actividades en otros países) proporcionando un beneficio económico que permite mantener el sistema capitalista. Al mismo tiempo que los aviones transportan el pescado, llevan armas a los países Africanos. A pesar de que no queda del todo claro que esto sea así, particularmente me parece que así es. A los países desarrollados les interesa que esos países se peleen entre sí, además  proporcionándoles armas a los dirigentes, pueden mantener a raya a las comunidades. Triste pero cierto. Triste que para que aquí vivamos medianamente bien, más del doble tengan que estar viviendo en una pesadilla. Una pesadilla de niños huérfanos en la calle, estómagos inflados, pero no de comida, sino de desnutrición; que querrían estudiar para trabajar algún día de profesores o abogados.
La economía neoliberal se mantiene y depende principalmente de los países subdesarrollados. La realidad es que vivimos en la indiferencia, por qué nosotros/as no somos los/las explotados/as. Reflexionar está muy bien cuándo no se sabe bien cómo actuar. Y así vivimos.
Manuel Reguera Pereira



LA PESADILLA DE DARWIN
Cuando sacan imágenes de las personas en África, aunque vivan en extremas circunstancias, siempre tienen una sonrisa, se diría que aplican la canción que sale en “La pesadilla de Darwin”, a pesar de que su gran pesadilla siga siendo quien durante tantos años se ha encargado de exterminarlos y de cerrarle las puertas. ¿Y todo por qué?
Han pasado ya 10 años desde el estreno del documental y parece que nada haya cambiado, ya que se seguirán dando cada día esas escalofriantes imágenes. Porque no hay que olvidar que la pesadilla sigue vive, ya que la “perca”, eufemismo sin duda del ser humano del primer mundo, sigue cobrándose vidas cada vez que pone una valla o cierra una puerta, a aquella persona que no tiene con qué pagar un billete y que seguirá muriendo allá de hambre o en el camino en el intento de querer creer que lo que dice la canción de “Don’t worry, be happy” es realmente verdad.

Duele pensar que cada vez que estemos comiendo un pescado en este mundo globalizado, en la otra parte del mundo, no muy lejos de nuestra vieja Europa, se esté muriendo o malviviendo una persona, porque sigamos agachando la cabeza mirando lo que dice el “W.APP y dejando de lado de ver, o negando, todo lo que sucede a nuestro alrededor.
A toda esta pérdida de vidas humanas, además hay que unirle el desastre ecológico que sin duda seguirá provocando el devorador pez en el lago Victoria, dado a conocer en otras ocasiones, como majestuoso. No sé si algún día he comido perca, pero sin lugar a dudas, lo mismo que hiciera Escarlata en “Lo que el viento se llevó”, pongo por testigo a este Blog, que aunque egoístamente quizás, nunca la comeré y deberé dejar pasar un tiempo hasta que pueda “digerir” otro de estos peces.

Si los “Diamantes de Sangre” dolía verla, el experimento que dio lugar a tal pesadilla, sabes que estará ahí siempre para recordarte, que o hacemos algo por la otra arte de la Humanidad o “el gran pez” terminará un día por devorarnos a la otra mitad.

Estaría bien que su director, con los premios que seguramente ganó por mostrar tal crudeza, costease campañas para acabar con tanto sufrimiento,

Mª Elva Vega Grande



La pesadilla de Darwin

Tras haber realizado el visionario de este video, puedo decir que mi indignación crece.
Es muy triste ver, por ejemplo, como los/as niñas/os viven en la calle tras haber perdido a sus padres, o que estos no quieran hacerse cargo de ellos/as. O de como se pelean, y fuman solamente para poder soportar la dureza de la calle.
Ninguna persona debería de vivir así su niñez, y estoy segura de que muchas/os no llegaran a alcanzar su adultez.
Es también terrible descubrir que muchas mujeres tienen que prostituirse solamente para poder mantenerse. Pero casi es más indigno que el párroco les recomiende no ponerse condón porque según el "la promiscuidad es pecado".
No entiendo como una persona puede hablar de la necesidad que tienen que pasar esas mujeres para tener que realizar ese empleo, y al mismo tiempo decirles que si toman las precauciones para no quedarse embarazada o no coger ninguna enfermedad serán castigas por el Señor. Es una contradicción en sí misma pues, ¿no están recibiendo ya castigo suficiente sin merecerlo?
Si es cierto que se pudo observar un poco las dos caras de la misma moneda, pues, se veía a los trabajadores y empresarios, y luego a las personas de la calle, con sus diferencias.
Pero... ¿cómo una persona puede estar tan desesperada hasta el punto de evitar operarse y seguir trabajando en un lugar donde verdaderamente le hace daño solo para poder comer? ¿Cómo puede ser que gente pida la guerra porque así sería reclutada y podría volver a cobrar y tener con qué alimentarse?
Es muy desolador ver lo que tienen que sufrir estás personas, el dolor que tienen que sentir... y ver que nadie hace nada.
No obstante, esa realidad se puede aplicar al lugar donde vivimos con pequeñas modificaciones.
Pues, ¿no hay mujeres que tienen que hacer la calle para sobrevivir? ¿No hay gente sin recursos que duerme en el frío suelo por falta de vivienda? ¿No existe gente que trabaja por un sueldo miserable y en condiciones infrahumanas solo por conseguir algo de dinero con el que sobrevivir?
No nos engañemos, puede que el dolor, la pobreza... viva en África, de eso estoy segura. Pero no necesitamos recorrer tantos kilómetros para poder observar el daño que las personas sin recursos sienten cada día.

Solo tenemos que salir a la calle.
Iria Lorenzo Blanco







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